Tú llegaste a mi ofreciéndome calor,
y te respondí sólo soy un pecador.
Mas no te importó, me dijiste:
"Ven a mi, Yo te enseñaré el camino del amor".
ME MIRASTE Y NO SÉ QUE SENTÍ,
ME LLAMASTE Y TUS PASOS SEGUÍ;
PEREGRINO DI: DE DONDE VIENES Y A DONDE VAS;
SONREÍSTE Y COMPRENDÍ.
Ahora sé muy bien porque dices que eres luz;
también comprendí que el camino lo eres Tú.
Desde que tu estás sólo hay felicidad;
¡oh, Señor Jesús, de tu fuente me darás!
EN TUS HUELLAS YO MIS PASOS PONDRÉ,
CON TUS OJOS NUNCA A CIEGAS IRÉ.
Y TE ALABARÉ, MI SEÑOR JESÚS, MI SALVADOR,
PUES CONTIGO LLEGÓ MI LUZ.
CAMINANTE, YA NO TE IRÁS DE AQUÍ.
TÚ CAMBIASTE TANTAS COSAS EN MÍ;
Y HOY PUEDO DECIR: DONDE CAMINES CAMINARÉ.
NADA IMPORTA, TE SEGUIRÉ.